Nova Arte

Nova Arte. Revista Bimestral Independiente, dirigida por Enrique D. Zattara, publicó cinco números entre octubre de 1978 y mayo de 1980. Un sexto número, bajo el título de Ulises Nova Arte, se publicó a fines de 1980, con la dirección conjunta de Zattara y Horacio Tarcus, director de Ulises. Revista de Artes y Humanidades junto a Martín Vega, que había publicado dos números en esos mismos años. En la contratapa del primer número de Nova Arte, Zattara explicitó parte del programa estético: “Partimos de concebir la estética como integrante de un sistema de estructuras de diferente valor en su relación interna, que abarcan toda la realidad (…) no aceptamos ni una concepción metafísica ni una concepción sociologista del arte, de la producción estética del hombre” (“El destino del arte”, I, 1).

Quienes impulsaban la revista identificaron sus voces con la de Nova Arte entendida como “la expresión creador de una juventud que prefiere no negarse a sí misma”. Desde esa perspectiva Nova Arte convocó artistas e intelectuales que se encontraban en diferentes momentos de su trayectoria, entre ellos: Juan José Sebreli, Jorge Romero Brest, Abelardo Castillo, Jorge Ricardo [Jorge Aulicino], Fernando Sorrentino, Rodolfo Alonso, Norberto Belgue [Daniel Guebel] y Jorge Monteleone. “La situación del arte” –título de la encuesta que abría el primer número-, con particular énfasis en la poesía, pero sin omitir la narrativa, el teatro, la plástica y la música contemporáneas, fueron centro de su atención; pero dio lugar además a la circulación y revisión de materiales críticos y teóricos. La atención a la producción del presente y la difusión y debate teóricos fueron, en los años de la dictadura cívico-militar durante los que circuló la revista, espacios innegablemente políticos.

En ese sentido, la reivindicación de “independiente” de Nova Arte implicó, al igual que en el caso de otras publicaciones con los que mantiene lazos e intercambios, el entender su función como órgano de agitación estética y política que excedía ampliamente sus páginas: era entonces “un grupo de gente que hace cosas permanentemente, para activar el desarrollo y la polémica en el terreno de la cultura” (“Un año de actividad”, II, 4). Nova Arte retoma así una concepción de las funciones y modos de intervención de las revistas culturales que encuentra sus raíces en las revistas de las vanguardias históricas, y que en esos años de la dictadura cívico-militar se actualiza para articular redes de intercambio y sostén que asoman a veces de manera efímera y necesariamente cambiante. La convergencia entre Nova Arte y Ulises, que define su nueva identidad por triple oposición a la voz “oficial” de Revista Nacional de Cultura, a la “paraoficial” que expresaría Pájaro de Fuego y a las del “underground” –sin referencia a ningún título en particular- expresa en un mismo gesto la definición precisa de su lectura en el campo de las revistas contemporáneas buscaba intervenir y lo ambicioso de su intento.

Los números 3 y 4 de Nova Arte incluyeron sendas separatas con textos inéditos, de las que lamentablemente no tenemos copia. El primero, nos cuenta Enrique Zattara, incluía textos inéditos de Roland Barthes traducidos por Jorge Montgomery, y un reportaje a Erich Fromm; el segundo, textos de Roland Barthes correspondientes a sus cursos en el Collège de France.

Ahira agradece a Enrique D. Zattara el envío de la revista digitalizada, así como su generosa disposición para proveernos informaciones sobre esta revista.